Hay que destacar sobre todo el trabajo de la ilustradora, Mónica N. Galván, que ha sabido buscar el tono más adecuado de figura medieval pero extrañeza y mundo helado. Mirad esos edificios y demonios afilados y retorcidos que nos recuerdan a la ciudad más allá de las Montañas Miskatonic, a los palacios de Mongo, a los grabados mayas.